Tensión en ascenso en Bolivia: 17 detenidos y bloqueos tras intento de golpe fallido
Se sospecha que el presidente Luis Arce está impulsando un "autogolpe", lo que ha intensificado la vigilancia alrededor de la Casa de Gobierno. ¿Qué medidas tomará la oposición en respuesta a esta situación?
Tl;dr
- Bolivia enfrenta tensión pos-golpe y movilizaciones sociales.
- Acusaciones de “autogolpe” rondan al presidente Luis Arce.
- 17 personas, incluyendo al líder de la asonada, están detenidas.
- La crisis económica y política se agudiza en el país.
En medio de la tormenta: Bolivia después del golpe
Bolivia se encuentra en un estado de tensión palpable. Aunque el intento de golpe ha quedado en el pasado, las secuelas se sienten en las calles. Las organizaciones sociales se movilizan y bloquean las calles en defensa de la democracia, mientras la seguridad se intensifica en torno a los sitios estratégicos de la capital, La Paz.
Acusaciones de “autogolpe”
El presidente Luis Arce se ve envuelto en una tormenta de críticas y acusaciones. El dividido oficialismo intenta fortalecer su imagen, mientras crece la creencia en círculos opositores de que el “autogolpe” fue un plan del propio Arce para fortalecer su lucha interna contra su antiguo mentor, Evo Morales.
Las acusaciones de “autogolpe” fueron lanzadas por el líder de la asonada, el general Juan José Zuñiga, quien está detenido junto con otros 16, en su mayoría militares, acusados de participar en el intento de golpe. Arce, sin embargo, niega estas afirmaciones y asegura que Zuñiga actuó por su cuenta.
Crisis en múltiples frentes
Con la crisis económica en aumento y la tensión política en su punto más álgido, Bolivia se encuentra en un estado de incertidumbre. A 13 meses de las elecciones presidenciales de 2025, la intentona golpista ha dejado a los bolivianos bajo un manto de sospechas y conmoción.
Mientras tanto, la lucha interna entre Arce y Morales por el control del Movimiento Al Socialismo (MAS) no muestra señales de tregua. El analista boliviano Raúl Peñaranda señala que “ninguno gana con todo esto”, y que la relación entre ambos sigue siendo tan mala como siempre.
Opinión editorial
Bolivia atraviesa un momento crítico de su historia democrática. La necesidad de una reforma institucional es evidente, y la confianza en el liderazgo político está en juego. Sin embargo, la resilencia y compromiso del pueblo boliviano con la democracia brindan un rayo de esperanza en medio de la crisis. Es imperativo que Bolivia mantenga su fe en el proceso democrático y trabaje unida para superar estos desafíos.