La guerra de globos aerostáticos entre Coreas: más que basura y excremento
En medio de la tensión nuclear, Pyongyang y Seúl intercambian acusaciones de manipulación psicológica. ¿Podrán encontrar una solución pacífica a esta situación tan amenazante?
Tl;dr
- Corea del Norte y del Sur se envían globos con mensajes psicológicos.
- Estos globos a veces contienen comida, música, pancartas, basura e incluso excrementos.
- Los envíos de propaganda desde el Sur hacia el Norte fueron prohibidos pero continúan de manera clandestina.
- La guerra de globos es una táctica de desviación de la política nuclear de Corea del Norte.
Guerra de globos
La “Guerra Fría” entre Corea del Norte y Corea del Sur se extiende más allá del ámbito nuclear. Actualmente, una peculiar batalla domina la escena: la guerra de los globos aerostáticos, que cruzan la frontera en ambas direcciones. Lejos de ser una disputa infantil, estos globos llevan cargas psicológicamente impactantes, desde alimentos y música hasta pancartas, basura y excrementos.
Propaganda en el viento
No se puede determinar con precisión cuándo comenzó esta “guerra”. Sin embargo, el envío de propaganda desde el Sur hacia el Norte ha sido una práctica continua, a pesar de haber sido prohibida en 2020. “Enviamos las botellas porque la gente se muere de hambre. ¿Está tan mal?” preguntó Park Jung-oh, un activista surcoreano que ha estado lanzando botellas con arroz al mar durante más de una década, esperando que las corrientes las arrastren hasta la costa norcoreana.
La perspectiva del Norte
En Corea del Norte, la visión es diametralmente opuesta. Según Alejandro Cao de Benós, delegado especial para el Comité de Relaciones Culturales con Países Extranjeros de Corea del Norte, los envíos desde el Sur “están destinados a insultar al gobierno e intentar destruir nuestro sistema”. Asegura que los globos cargados con basura son una respuesta a los años de propaganda surcoreana.
Manipulación psicológica
Para el académico estadounidense Sung-Yoon Lee, Corea del Norte utiliza este conflicto para desviar la atención de su política nuclear. Afirma que el país no solo es competente en el desarrollo de misiles balísticos, sino también en la manipulación psicológica y las operaciones de propaganda.
Opinión editorial
Esta singular “guerra de globos” entre las dos Coreas es un ejemplo de cómo los conflictos pueden adoptar formas insólitas, yendo más allá de las armas convencionales. La batalla por la influencia y la supremacía puede librarse de muchas maneras, y en este caso, se lleva a cabo a través de globos aerostáticos llenos de propaganda y, a veces, desechos. Es un recordatorio de que en la guerra, tanto física como psicológica, todos los medios son válidos para alcanzar los fines.