Rugbiers y ‘La Toretto’: Un vistazo a su convivencia en la misma prisión
En la Prisión N°3 de Melchor Romero, los ocho reclusos sentenciados por el asesinato de Fernando Báez Sosa y la chica arrestada por causar la muerte de un motociclista, están confinados en diferentes alas. ¿Cómo gestionarán las autoridades esta situación?
Tl;dr
- Ocho rugbiers y Felicitas Alvite están detenidos en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero.
- Los detenidos tienen rutinas similares y un sistema de visitas semanal.
- Los rugbiers y Alvite no pueden estudiar o trabajar, pero pueden hablar con una psicóloga.
- Alvite está acusada de “homicidio simple por dolo eventual” tras atropellar y matar a un motociclista.
Un día en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero
La Alcaidía N°3 de Melchor Romero es la residencia actual de ocho rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa y de Felicitas Alvite, la joven que está en prisión por haber matado a un motociclista en La Plata. Aunque están detenidos en el mismo lugar, sus días no son iguales a los de los demás reclusos.
Rutinas y visitas
Los jóvenes tienen rutinas similares y un sistema de visitas semanal. Sus seres queridos les acercan alimentos, bebidas y otros objetos para su estadía en la prisión. Los rugbiers, situados en un pabellón aparte, tienen como única distracción cuatro horas diarias en el patio.
Convivencia y seguridad
El Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) confirmó que los detenidos no se juntan con la población femenina bajo ninguna circunstancia. Según una fuente del SPB, “las rutinas siguen siendo las mismas de siempre. No cambió nada en ellos”. Además, la Alcaidía cuenta con un sistema de seguridad fuerte que evita cualquier conflicto entre los reclusos.
El caso de Felicitas Alvite
Felicitas Alvite se entregó el 2 de mayo y está acusada de “homicidio simple por dolo eventual”. El entorno de Alvite evitó revelar detalles sobre su situación, pero se sabe que comparte la celda con una compañera ocasional y que es visitada una vez por semana por sus familiares, especialmente por su madre.
Opinión editorial
La vida en prisión es una realidad dura que enfrentan aquellos que han transgredido la ley. Aunque cada individuo es único, es fundamental que los sistemas penitenciarios se esfuercen por ofrecer oportunidades de rehabilitación y reforma para todos los reclusos. En este sentido, la falta de oportunidades para estudiar o trabajar es una preocupación que debe ser abordada.