Vídeo: Ladrón se apodera de la Virgen de Luján en Iglesia de Balvanera
El sacerdote instó a sus feligreses a no comprar si ven la publicación y a retener al vendedor. ¿Podrías hacerlo tú si te encontraras en una situación similar?
Tl;dr
- Robo de la imagen de la Virgen de Luján en una iglesia.
- El párroco pide a los feligreses que no compren la imagen si la ven.
- Un hombre baleó a una niña en una iglesia por la música alta.
- El agresor fue detenido e imputado por varios delitos.
Profanación de templos: un robo y un tiroteo manchan la sacralidad de las iglesias
Las iglesias, lugares de adoración y refugio, han sido recientemente escenario de crímenes que han dejado a la comunidad conmocionada. En dos incidentes separados, la inseguridad ha vulnerado la sacralidad de estos recintos.
Una venerada imagen desaparece
En la Basílica Santa Rosa de Lima, ubicada en pleno corazón de Balvanera, un ladrón “se metió en la casa de Dios” y sustrajo la imagen de la Virgen de Luján en un abrir y cerrar de ojos. El párroco Sebastián Sury, alarmado, ha pedido a los feligreses que “si la ven publicada, no la compren y retengan al vendedor”.
El audaz delincuente aprovechó un momento de quietud en el lugar para llevar a cabo su acción. Las cámaras de seguridad registraron su rápida huida. Pese a la brevedad del acto, el impacto ha sido significativo, pues la estatuilla robada es de gran valor para la Iglesia.
El sonido de la música interrumpido por disparos
En otro incidente perturbador, un hombre de 62 años, molesto por el volumen de la música durante una misa, abrió fuego en una iglesia evangélica en Villa Albertina. Uno de los disparos impactó en la espalda de una niña de 8 años que, afortunadamente, se encuentra fuera de peligro.
La policía pudo identificar al agresor y lo detuvo en su vivienda cercana al templo. Allí se incautaron un rifle Maely de aire comprimido, utilizado en el hecho, y un revólver calibre 32 sin documentación. El hombre fue imputado por “lesiones, abuso de arma y tenencia ilegal de arma de fuego”.
Opinión editorial
Estos incidentes son un recordatorio sombrío de que incluso los lugares más sagrados no están exentos de la inseguridad que azota a nuestra sociedad. Es fundamental que trabajemos juntos para preservar la sacralidad y la seguridad de nuestros templos, y para garantizar que sigan siendo lugares de paz y refugio para todos.